miércoles, 14 de marzo de 2012


Cubismo fue un movimiento artístico desarrollado entre 1907 y 1914, nacido en Francia y encabezado por Pablo Picasso, Georges Braque y Juan Gris. Es una tendencia esencial pues da pie al resto de las vanguardias europeas del siglo XX. No se trata de un movimiento más, sino de la ruptura definitiva con la pintura tradicional.

El término cubismo fue acuñado por el crítico francés Louis Vauxcelles, el mismo que había bautizado a los fauvistas motejándolos de fauves (fieras); en el caso de Braque y sus pinturas de L'Estaque, Vauxcelles dijo, despreciativamente, que era una pintura compuesta por “pequeños cubos”. Se originó así el concepto de “cubismo”.
El cubismo es considerado la primera vanguardia ya que rompe con el último estatuto renacentista vigente a principios del siglo XX, la perspectiva. En los cuadros cubistas desaparece la perspectiva tradicional. Trata las formas de la naturaleza por medio de figuras geométricas, fragmentando líneas y superficies. Se adopta así la llamada “perspectiva múltiple”: se representan todas las partes de un objeto en un mismo plano. La representación del mundo pasaba a no tener ningún compromiso con la apariencia de las cosas desde un punto de vista determinado, sino con lo que se sabe de ellas. Por eso aparecían al mismo tiempo y en el mismo plano vistas diversas del objeto: por ejemplo, se representa de frente y de perfil; en un rostro humano, la nariz está de perfil y el ojo de frente; una botella aparece en su corte vertical y su corte horizontal. Ya no existe un punto de vista único. No hay sensación de profundidad. Los detalles se suprimen, y a veces acaba representando el objeto por un solo aspecto.

A pesar de ser pintura de vanguardia los géneros que se pintan no son nuevos, y entre ellos se encuentran sobre todo bodegones, paisajes y retratos.

Con todas estas innovaciones, el arte acepta su condición de arte, y permite que esta condición se vea en la obra, es decir es parte intrínseca de la misma. El cuadro cobra autonomía como objeto con independencia de lo que represente, por ello se llega con el tiempo a pegar o clavar a la tela todo tipo de objetos hasta formar collages.

Guernica

Autor: Pablo Picasso.
Fecha: 1937.
Expuesto en: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid, España.
Tamaño: 351 x 782 cm.
Técnica: Óleo sobre lienzo.

El bombardeo de la población de Guernica el 26 de abril de 1937 por parte de la aviación alemana despertó la conciencia política de Picasso. Guernica fue el tema de su obra maestra, realizada para el Pabellón de España en la Exposición Internacional de París. En la parte superior del lienzo cuelga una bombilla eléctrica que arroja una fría luz aserrada. Como si esta luz eléctrica no fuera suficiente, una mujer porta en su largo brazo un candil de petróleo, iluminando así hasta el último escondrijo del cuadro. En el lienzo aparecen otras tres mujeres: bajo el toro, posible símbolo de la República, una que porta un niño muerto; en el extremo derecho, otra que levanta los brazos ante el fuego de su hogar; en primer plano, una tercera mujer arrodillada, presumiblemente embarazada. Bajo la luz eléctrica se encuentra el caballo malherido que relincha y a sus pies se hallan los restos descuartizados de un hombre-estatua en cuya espada rota renace una flor como símbolo de esperanza. Un pedazo de suelo con baldosas alude al recinto del pabellón español donde se ubicaba el cuadro. Guernica es un manifiesto contra la guerra y cualquier tipo de brutalidad humana. Por eso estamos ante un cuadro universal que contrapone la capacidad de creación del artista y la capacidad de destrucción de la guerra. Su interpretación es objeto de polémica, pero su valor artístico está fuera de discusión. No sólo es considerado una de las obras más importantes del arte del siglo XX, sino que se ha convertido en un auténtico “icono del siglo XX”, símbolo de los terribles sufrimientos que la guerra inflige a los seres humanos.

Las señoritas de Avignon

Autor: Pablo Picasso.
Año: 1907.
Expuesto en: Museo de Arte Moderno de New York.
Tamaño: 243,9 x 233,7 cm.
Técnica: Óleo sobre lienzo.

Las señoritas de Avignon es una creación genial que abrió un antes y un después en la pintura. Este cuadro, es la referencia clave para hablar de cubismo, del cual el artista español es el máximo exponente. Imprime un nuevo punto de partida donde Picasso elimina todo lo sublime de la tradición rompiendo con el Realismo, los cánones de profundidad espacial y el ideal existente hasta entonces del cuerpo femenino. Las violentas pinceladas dan una visión simultánea desde distintos puntos de vista. Las figuras femeninas representadas en este lienzo están singularmente tratadas. Son formas planas, cuyas siluetas aparecen como fracturadas, y los trazos que las delimitan son siempre rectilíneos y angulares. Al mismo tiempo se intenta representar, un rostro humano de frente y de perfil. Dos de los rostros, que asemejan máscaras, se deben a la influencia del arte africano, cuyas manifestaciones culturales comenzaron a ser conocidas en Europa por aquellas fechas, mientras los dos centrales son más afines a las caras de los frescos medievales y las primitivas esculturas ibéricas, el rostro de la izquierda presenta un perfil que recuerda las pinturas egipcias. Esta ha sido una obra muy criticada e incomprendida incluso entre los artistas, coleccionistas y críticos de arte más vanguardistas de la época, que no comprendieron el nuevo rumbo tomado por Picasso, quien, junto con Georges Braque, crearía y continuaría la nueva corriente cubista hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial. Además, es considerada el inicio del arte moderno y marca una nueva etapa en la pintura del siglo XX.

El guitarrista viejo

Autor: Pablo Picasso.
Fecha: 1903.
Expuesto en: Instituto de Arte en Chicago, Estados Unidos.
Tamaño: 121 x 82 cm.
Técnica: Óleo sobre tela.

Este cuadro corresponde al denominado “período azul” de Picasso que se ubica a comienzos del siglo pasado (entre 1901-1904), período que es protagonizado por un constante aprendizaje,  donde se muestra ansioso en conocer más cosas de la vida miserable. Estilo de vida que adopta durante esta etapa de su vida y que la tela sublimemente, logra transmitir el submundo en que el artista ha optado por moverse. Durante esta etapa, Picasso realiza cuadros tristes, que evocan la esencia de la tristeza y soledad en que están inmersos sus protagonistas. Siempre han de ser personajes pobres, con hambre y solitarios. Asimismo, si se observa con detalle, en la obra resalta el abandono y soledad que viven los personajes allí pintados.

Casas en L´Estaque

Autor: Georges Braque.
Fecha: 1908.
Expuesto en: Museo de Arte de Berna, Suiza.
Tamaño: 73 x 60 cm.
Técnica: Óleo sobre lienzo.

Al igual que Picasso, Braque estaba sustituyendo la perspectiva tradicional y su ilusión tridimensional por un espacio pictórico mucho más plano. Las figuras y objetos representados parecían empujados hacia la superficie del lienzo, al eliminar toda la ilusión de profundidad, los elementos de la escena avanzan hacia delante, salen de su contexto y quedan amontonados como objetos dentro de una caja.
Braque estaba más preocupado por la representación del espacio, por lo que esta fase experimental del Cubismo alcanza su punto culminante con la obra realizada en l'Estaque. Todo está geometrizado, reducido a cubos. El objetivo del artista era destruir la perspectiva tradicional y su sentido de profundidad, acercando el espacio hacia el espectador para hacerlo realidad.

El Portugués

Autor: Georges Braque.
Fecha: 1911.
Expuesto en: Museo de Arte de Basilea, Suiza.
Tamaño: 117 x 81,5 cm.
Técnica: Óleo sobre lienzo.

Braque se esmeró en articular plásticamente esa doble vertiente de la realidad que busca una forma de integración en la visualidad cubista: la realidad externa de la naturaleza y la realidad interna de las cosas. En la representación de personas, como es el caso de este cuadro, tal desdoblamiento del sentido se convierte en riqueza psicológica de un anonimato. Del análisis plástico resulta una superficie vibrátil y ritmada que poetiza la realidad del representado. El empleo de letras estarcidas quizás sirve para introducir nombres que se ligan al asunto, como para acentuar la latitud en un espacio desarrollado genéricamente en profundidad, pero que impone siempre soluciones de continuidad en la penetración del mismo hacia el fondo.

La escalera

Autor: Fernand Léger.
Fecha: 1914.
Expuesto en: Museo de Arte Thyssen-Bornemisza en Madrid, España.
Tamaño: 88 x 124,5 cm.

Técnica: Óleo sobre lienzo.

Pintor francés adscrito al cubismo y al constructivismo que se destacó también por sus realizaciones de pósters o carteles comerciales y otros tipos de arte aplicado. Junto con Georges Braque y Pablo Picasso, Léger representó un papel importante en la evolución y difusión del cubismo. En sus últimas obras llevó a cabo una separación entre el color y el dibujo de tal manera que sus figuras mantienen sus formas robóticas definidas por líneas negras. El color se reparte de forma audaz sobre las áreas del lienzo de modo que constituye una composición separada que unifica el cuadro.

Pausa sobre fondo rojo

Autor: Fernand Léger. 
Fecha: 1949.
Expuesto en: Museo Nacional Fernand Léger en Biot (Alpes Maritimes), Francia.
Tamaño: 114 x 148 cm.
Técnica: Óleo sobre lienzo.

Léger permanece en Estados Unidos hasta 1945, donde se hace, según sus propias palabras, “más ligero y menos rígido”. Sus cuadros empiezan a poblarse de personajes (acróbatas, ciclistas...) que juegan tranquilos en un mundo de color que se libera del dibujo. Quizá Léger, en este momento, exprese mejor que ningún otro europeo emigrado la fascinación por América como un nuevo mundo donde todo es posible: barcos de chimeneas humeantes, rascacielos de colores alegres y la estatua de la Libertad delante de todo. Léger atesoraba un espíritu naïf y su visión de la vida moderna fue tan ajena a la épica como al drama. La elaborada inexpresividad de visiones suyas como en esta obra procede de su insistente inquietud por lo prosaico, pero el mantenimiento de esta inspiración no será impedimento para que realice obras de traza mucho más lírica, en las que hay una nueva transparencia humana.

Una mujer con una cucharadita

Autor: Jean Metzinger.
Fecha: 1911.
Expuesto en: Museo de Arte de Philadelphia.
Tamaño: 75,9 x 70,2 cm.
Técnica: Óleo sobre cartón.

Metzinger es uno de los progenitores del denominado “cubismo de salón”, pero también uno de los más activos intermediarios entre los representantes de las dos versiones del cubismo de su época: la de estos cubistas que exponen en los Salones y la que practica la célebre banda de Picasso. Esto le convierte en uno de los portavoces más autorizados del movimiento en sus primeros años. La obra del artista es considerada un tipo de Cubismo Sintético que se caracteriza por su sentido de la geometría y su riqueza cromática y, sobre todo, rigurosamente purificada. El artista parte de la manipulación de formas planas y geométricas, rigurosamente abstractas, cuya síntesis producirá un resultado figurativo.