Expuesto en: Museo de Arte de Basilea, Suiza.
Tamaño: 117 x 81,5 cm.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Braque se esmeró en articular plásticamente esa doble vertiente de la realidad que busca una forma de integración en la visualidad cubista: la realidad externa de la naturaleza y la realidad interna de las cosas. En la representación de personas, como es el caso de este cuadro, tal desdoblamiento del sentido se convierte en riqueza psicológica de un anonimato. Del análisis plástico resulta una superficie vibrátil y ritmada que poetiza la realidad del representado. El empleo de letras estarcidas quizás sirve para introducir nombres que se ligan al asunto, como para acentuar la latitud en un espacio desarrollado genéricamente en profundidad, pero que impone siempre soluciones de continuidad en la penetración del mismo hacia el fondo.
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