Expuesto en: Museo de Arte Moderno de New York.
Tamaño: 243,9 x 233,7 cm.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Las señoritas de Avignon es una creación genial que abrió un antes y un después en la pintura. Este cuadro, es la referencia clave para hablar de cubismo, del cual el artista español es el máximo exponente. Imprime un nuevo punto de partida donde Picasso elimina todo lo sublime de la tradición rompiendo con el Realismo, los cánones de profundidad espacial y el ideal existente hasta entonces del cuerpo femenino. Las violentas pinceladas dan una visión simultánea desde distintos puntos de vista. Las figuras femeninas representadas en este lienzo están singularmente tratadas. Son formas planas, cuyas siluetas aparecen como fracturadas, y los trazos que las delimitan son siempre rectilíneos y angulares. Al mismo tiempo se intenta representar, un rostro humano de frente y de perfil. Dos de los rostros, que asemejan máscaras, se deben a la influencia del arte africano, cuyas manifestaciones culturales comenzaron a ser conocidas en Europa por aquellas fechas, mientras los dos centrales son más afines a las caras de los frescos medievales y las primitivas esculturas ibéricas, el rostro de la izquierda presenta un perfil que recuerda las pinturas egipcias. Esta ha sido una obra muy criticada e incomprendida incluso entre los artistas, coleccionistas y críticos de arte más vanguardistas de la época, que no comprendieron el nuevo rumbo tomado por Picasso, quien, junto con Georges Braque, crearía y continuaría la nueva corriente cubista hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial. Además, es considerada el inicio del arte moderno y marca una nueva etapa en la pintura del siglo XX.
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